Restauración de un clásico: Wagons-Lits

Restauración de un clásico: Wagons-Lits

 

En el año 2014 acometí un nuevo proyecto. Quizás el más ambicioso de mi vida, pues, a diferencia del resto, en este caso solo tenía un proyecto de restauración sin nada que me augurase una feliz terminación.

Me había hecho con un “precioso” y único coche de ferrocarril que estaba, literalmente, en un lamentable estado de conservación, ya que, había estado a la intemperie y a merced de los elementos, tanto naturales como los “urbanos”, durante muchísimo tiempo. Acepté el reto y nos pusimos a restaurarlo.

Se trataba de un coche modelo LJ construido en España en los años 60 y que perteneció a la famosa e icónica “Compañía Internacional de Wagons-Lits”. Que no era ni más ni menos que la compañía que operaba (entre otros trenes de lujo) el ORIENT-EXPRESS.

La restauración duró casi 2 años. No voy a negar que hubo momentos en los que casi tiro la toalla porque veía que el “proyecto” me sobrepasaba. Aun así, persistí en mi idea y, una vez terminado y visto el resultado, debo reconocer que todo ese enorme esfuerzo y sacrificio mereció la pena y en uno de los motivos de orgullo que hacen que ame mi profesión.

Hubo que reconstruir y restaurar todos los elementos, tanto del interior como un larguísimo proceso de mejora y reparación en el exterior.

Restauración exterior:

El estado de la chapa era penoso, debido al lógico paso de los años, así como, daños producidos por vandalismo, lo cual, obligó a reconstruir muchas zonas afectadas. Todo ello, dificultó las tareas de pintado que hubo, en muchos casos, que repasarlas.

Restauración interior:

Esta parte fue la que trajo consigo un mayor trabajo y esfuerzo. En las imágenes ya veis cómo estaba el estado inicial en el que se encontraba las distintas dependencias. Fue un trabajo muy minucioso cuyo esfuerzo, igualmente, mereció la pena.

El resultado…

Todo esfuerzo tiene su recompensa y el resultado es el que hoy podemos comprobar. Luce con el mismo esplendor que en sus años dorados. Eso sí, una vez terminado el proyecto, hubo un cliente que se interesó por él. 

Aquí lo vemos transportándolo a su destino final y hoy día se encuentra expuesto en el Museo del Ferrocarril de París.